Cabrillas con tomate

Paso 1

Ante todo vamos a limpiar muy bien la cabrillas, y ojo digo limpiar y no matar como hacen muchas personas a base de puñados de sal... no!!! así no se limpian las cabrillas... En la propia red de haberlas comprado, la ponemos debajo del grifo y le vamos remojando y mojando y dando vueltas en la red, que suelten toda la suciedad que traiga, cuando el agua vaya saliendo blanquita, las soltamos de la red limpiamos de trocitos y cascarillas y las dejamos muy limpias, casi de una a una, es un trabajo muy laborioso pero luego merece la pena.
Una vez limpísimas, las ponemos en una olla con agua cubriéndolas, y a fuego muy muy suave, al mínimo. Las tapamos. Empezaran a salir los cuernos poco a poco, tendrás que ir vigilandolas para que cuando se suban a la tapadera ir bajándolas al agua, con suavidad para que no escondan los cuernos. Se trata que el guiso quede con todas las cabrillas con los cuernos fuera. Un vez que hierba el agua, empezara a salir suciedad, baba... Es el momento de retirarlas del fuego y ponerlas en el fregadero, enjuagarlas con abundante agua al chorro y dejarlas limpias, y escurridas. Y ahora es cuando empezamos a guisarlas.
Ponemos en el fondo de la cacerola un chorro de aceite de oliva virgen extra, y las cebollas, tomates, ajos, pimientos y las rebanadas de pan cortados , dejamos pochar 10 minutos y sacamos para pasarlo por la batidora, obtendremos una salsa, ponemos las cabrillas en la cacerola, sobre ellas volcamos la salsa que hemos molido, agregando el laurel, la pastilla de caldo, el vino, el chorro de tomate frito, rectificamos de sal y revolvemos muy bien. Dejamos guisar sobre media hora a fuego bajo-medio para que consuma el caldito.