los malos hábitos que te hacen ganar peso
1. Dormir poco
Dormir poco puede conducir a un aumento de peso, ya que una mala calidad del descanso afecta negativamente el metabolismo e impide su funcionamiento regular. Además, no dormir lo suficiente provoca una mayor sensación de hambre, lo que a su vez aumenta la cantidad de cortisol -una hormona que favorece la acumulación de grasas- que el cuerpo produce. Si tienes problemas de insomnio persiste, trata de hacer 1 hora y media de deporte en la noche: eso debería cansarte lo suficiente como para permitirte dormir como un bebé.
2. Cenar cantidades muy abundantes
Comer demasiado en la cena es otro hábito perjudicial para nuestro peso. Una comida que sea demasiado abundante o basada en alimentos pesados nos causará una digestión lenta y difícil que hará imposible dormir bien. Además, no se recomienda comer demasiado por la noche porque al dormir no se pueden quemar las calorías consumidas durante la cena. Por eso, es mejor que sigas el antiguo refrán: desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo.
Otra costumbre de la que debemos desperdirnos es la de comer frente al televisor. Esto nos empuja a comer más de lo necesario porque las imágenes en la pantalla nos distraen de los alimentos que tomamos y la cantidad de ellos. Mantener un control de lo que estamos comiendo es un paso fundamental para alimentarnos adecuadamente y en la medida correcta.
3. Dormir inmediatamente después de cenar
Acostarse inmediatamente después de cenar es un hábito que no fomenta la digestión adecuada y, en consecuencia, lleva a tener un peso poco saludable. Esta es una forma segura de acumular grasas y calorías de las que no tendremos tiempo de deshacernos durante la noche. Por ende, lo mejor es cenar al menos una hora o 2 antes de acostarse, para que el cuerpo pueda digerir correctamente.
4. Cenar alimentos picantes
Elegir comidas picantes para la cena no es una buena idea. Si exageramos con las especias o condimentos picantes, corremos el riesgo de fomentar una digestión pesada y no conciliaremos fácilmente el sueño. Además, debemos recordar que, mientras dormimos, pasamos muchas horas con el estómago vacío, así que la ingestión de alimentos picantes o muy especiados podría causar ardor y acidez. Si eres un amante de los sabores fuertes, entonces lo mejor es que elijas otro momento del día para disfrutarlos, como el almuerzo.
5. Cenar carbohidratos
La función principal de los hidratos de carbono es proporcionar energía suficiente al organismo. Sin embargo, a esta hora del día, ya no la necesitamos y, por lo tanto, no la quemaremos apropiadamente. Además, los carbohidratos contienen una cantidad importante de azúcares refinados que, si no se queman inmediatamente, se transforman en grasa.
6. ¡Ojo con el postre!
El azúcar y la harina blanca se acumulan en nuestras células en forma de grasa, por lo que es mejor evitar estos ingredientes y así no tendremos que preocuparnos por quemar las calorías adicionales que aportan. Para terminar el día (y este artículo), te recomendamos optar por frutas para la cena: esta es una opción natural y rica en vitaminas que no te aporta grasas, ¡es perfecto!
Comenta este artículo