¡Cuidado! Por esta razón no debes guardar tus quesos en plástico

 

Cuando compramos queso, lo más común es que al llegar a casa lo guardemos en el refrigerador dentro de su empaque, pensando que así durará más tiempo. A veces pensamos también que, una vez abierto, lo mejor es envolverlo en film de plástico para evitar que el refrigerador se impregne con su olor o que la superficie de tus quesos se seque muy rápido. 

 

Pero, ¿ sabías que conservar tus quesos envueltos en plástico es lo peor que puedes hacerles? 

 

 

El problema con este método es que el plástico crea más humedad, y provoca al cabo de unos días que empiecen a salir hongos en la superficie. Lo mismo sucede cuando los guardas en moldes de plástico, aunque estos sean herméticos.  Por si fuera poco, ¡usar el plástico para guardar tus quesos no impide realmente que estos se sequen!

 

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de guardar tus quesos?

Si quieres que éstos duren más tiempo, lo mejor es envolverlos en papel encerado. De este modo tu queso quedará protegido sin secarse, y eso evitará también que su aroma se mezcle con el de otros alimentos. 

 

Este truco funciona con todos los quesos, pero hay que tener cuidado con ciertas variedades que pueden cambiar de consistencia con el tiempo. En el caso del queso azul o Roquefort, además de envolverlo en papel encerado hay que hacerlo con papel aluminio. La razón es muy sencilla: este suave queso tiende a derretirse de manera natural con el paso de los días. El aluminio evitará que este queso ensucie tu refrigerador, y ayudará a evitar la formación de costras. 

 

Los quesos frescos de cabra también necesitan una doble envoltura con papel encerado y aluminio por su textura más suave. 

 

Ahora que lo sabes, ya podrás guardar esos deliciosos quesos en condiciones óptimas para poderlos disfrutar por más tiempo.