Esto no lo decimos nosotros, lo resalta la ciencia. Según ''ella'', los labios son la zona del cuerpo más sensible hasta el punto de llegar a ser 200 veces mayor que la de los dedos o genitales. ¿Asombrada? Nosotras también nos quedamos de piedra al escucharlo.
Cuando nos besamos en los labios se desencadena una catarata de reacciones químicas mientras que el cerebro comienza a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés desaparece y la molécula del amor nos empuja hasta una pasión desesfrenada.