9 razones por las cuales NO PIERDES PESO
¿Estás todo el día a dieta? ¿Pasas hambre a diario? ¿Tienes un humor de perros? Y, a pesar de todo esto, ¡NO PIERDES NI UN GRAMO DE PESO! Si eres de esas mujeres que están encasilladas en ese círculo vicioso de pesarse día y noche sin éxito alguno, ¡no te preocupes! Nosotras tenemos la solución a esos problemas que hacen que no te abroche tu pantalón preferido o que se te haya estallado la cremallera de ese vestido que amabas.
Tenemos la rutina perfecta, echa en nueve pasos estrictos, para que bajes unos cuantos kilitos en cuestión de semanas. Eso sí. Antes de nada queremos decirte que no vale de nada obsesionarse. Dismunir una talla de depende de muchos factores. Por lo tanto, te toca tener paciencia.
Querida, ¡disfruta de la copita porque probablemente será la última en mucho tiempo si queres tener un cuerpo Danone!
1.- Vuestro régimen no está adaptado a vuestra morfología.
No es ninguna broma. No te pongas a hacer la misma dieta que ha hecho tu amiga solamente porque ella perdió 5 kilos. Los hábitos alimentarios de cada cual tiene que decidirlos un nutricionista; no tu.
2.- Vuestras horas de sueño varían.
Debes habituar a tu cuerpo a levantarse y acostarse a las mismas horas. Si no lo haces de esta forma, tu ritmo de descanso influirá para mal en tu alimentación. No es lo mismo desayunar a las 9 que a las 12 ni tampoco cenar a las 8 que a las 23 horas.
3.- Comes en platos enormes.
El tamaño de tu vajilla influye proporcionalmente en tus cartucheras, michelines, mofletes... Intenta colocar la comida en un plato mediano. Esto no quiere decir que lo desbordes de comida como si fuera una bandeja.
4.- Vuestro entorno no se cuida.
Este es un punto clave. Si vuestros familiares y amigos presumen de estar todo el día tirados en la calle bebiendo y comiendo sin ningún tipo de cuidado y control, ¡vas por mal camino! Tu ritmo de vida tienes que definirlo tu. No obstante, si te gusta ser como ellos... ¡ADELANTE!
5.- Tienes que dejar la bollería.
Sabemos que es deliciosa aunque las grasas y las sustancias de las que se compone son lo peor.
6.- Estás estresada crónicamente.
Esto no ayuda nada puesto que el estrés nos impulsa a comer de manera descontrolada.
7.- No compartes el resultado de tu esfuerzo.
Si sales a correr, ¡sube un selfie en acción! Si te comes unas hojas de lechuga, también. Y así sucesivamente. No somos tontas. Sabemos que este tipo de fotos no alcanzan los likes de un enorme pastel de chocolate, ¡es lo que hay!
8.- No cambies de dieta.
Si comienzas un régimen (siempre vigilado por un especialista), no puedes ''ponerle los cuernos''. ¡Sé fiel hasta el final!
9.- Comes muy rápido.
Una cosa es tener hambre y otra muy distinta engullir. Ingiere los alimentos despacio, saboréalos y disfrútalos al máximo.
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