Al día siguiente, toma las patatas congeladas, si tienen escarcha sacúdelas un poco, y ponlas a freir en aceite muy caliente por menos de un minuto. Es importante que las patatas no se hayan descongelado. Ahora que están pre-fritas, déjalas enfriar y retira el exceso de aceite antes de volverlas a guardar en el congelador. Déjalas ahí toda la noche (ahora que has hecho el primer proceso, puedes guardarlas para usar en diferentes ocasiones).
Cuando vayas a prepararlas, simplemente sácalas del congeladory ponlas a freir en aceite muy caliente durante 4 o 5 minutos. Verás que no pierden su forma, quedan muy crujientes por fuera y suavecitas por dentro.