- Media
- 30 minutos
- Medio
Ingredientes
- 1ª masa o masa de arranque:
- 200 gr de harina de fuerza
- 4 gr de sal
- 3 gr de levadura o 1 gr de levadura seca (la puntita de un cuchillo)
- 150 gr de agua
- 2ª masa:
- 1ª masa
- 485 gr de harina de fuerza
- 11 gr de sal
- 14 gr de azúcar
- 60 gr de mantequilla
- 30 gr de levadura de panadero o 10 gr de levadura seca
- 210 gr de leche
- Semillas variadas (amapola, lino, sésamo...)
Preparación
Paso 1
Lo primero será preparar la masa de arranque. Se ha de preparar con dos horas de antelación dejándola a temperatura ambiente, o la noche anterior dejándola en el frigorífico unas 12 horas, sacándola antes de preparar el pan para que se atempere aproximadamente 2 horas.
Cuando esté lista podemos ponernos con la segunda masa. Ponemos en un bol la harina, hacemos un hueco en el centro y añadimos la levadura disuelta en la leche templada junto con el azúcar y la primera masa. Removemos para mezclar con una cuchara de madera o espátula y agregamos la mantequilla en trozos a temperatura ambiente y la sal. Amasamos todo conjuntamente unos 10 minutos. En la amasadora se haría de la misma forma pero como ya sabéis, poniendo primero los ingredientes líquidos y luego los sólidos Tapamos la masa y la dejamos reposar en un sitio cálido hasta que doble su volumen aproximadamente una hora y media.
Paso 2
Sacamos la masa del bol con cuidado, la aplanamos con las manos formando un rectángulo y la enrollamos como si de un brazo de gitano se tratase.
La hacemos rodar un poco para que se iguale. La metemos en el molde con la junta hacia abajo. Tapamos con un paño húmedo para que leve de nuevo (una media hora).
Paso 3
Si queremos ponerle semillas una vez que ha levado pincelamos con agua la masa con mucho cuidado de no pincharla para que no se nos baje y espolvoreamos las semillas por encima.
Paso 4
Precalentamos el horno a 220°C y horneamos la masa durante 30 minutos (pasados los primeros 15 minutos le bajamos la temperatura a 200°C).
Una vez que lo saquemos del horno lo sacamos del molde y lo envolvemos con un paño para que la corteza quede tierna. Si queremos una corteza crujiente, al sacar el pan del molde, dejarlo airear sobre una rejilla.