En ocasiones solemos pensar, que porque queramos a la persona con la que estamos, las cosas van a ir rodadas, pero eso no suele ser así.
A veces, solemos olvidarnos de que cada persona tiene su manera de ser y pretendemos que el otro actúe de la manera en la que nosotras los haríamos. Es muy importante ser conscientes de que todos somos diferentes y que las cosas no son como nos contaban los cuentos de hadas.
Hacer un ejercicio de empatía es básico y muy sano, y nos va a evitar muchos disgustos cuando haya situaciones que no sean de nuestro agrado. Nunca estará mal ceder un poco, si encontramos el equilibrio perfecto, como se suele decir: "Hoy por ti y mañana por mí".