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Pela algunos pistaches y ponlos a remojar en un vaso de agua durante toda la noche para que se hidraten. No es necesario tapar el vaso ni dejarlo en un lugar oscuro.
A la mañana siguiente tomamos un pequeño plato y un par de servilletas absorbentes. Necesitamos crear las condiciones necesarias para que germinen: oscuridad, humedad y calor. En un plato un poco hondo vamos a poner la servilleta de papel doblada y vamos a colocar los pistachos en medio. Después los tapamos con otra servilleta y la humedecemos muy bien. También puedes usar papel de periódico o algodón.
Durante el proceso es necesario mantener la servilleta siempre húmeda, así que no dudes en agregar un poco de agua si ves que se empieza a secar.
Deja el plato en un rincón de la cocina con suficiente calor y al que no llegue la luz tan fácilmente.