Escucha a la persona sin juzgarla y sin minimizar su problema. Se requiere de mucho valor para compartir una experiencia traumática, y lo último que esa persona quiere es ser victimizada una vez más.
Invita a la persona a hacer una denuncia, y acompáñala. Sabemos que hay mucha impunidad, pero si no damos el primer paso y no denunciamos al agresor, es aún más probable que nada cambie.
Acude a instituciones y asociaciones en tu área donde se brinde ayuda a la mujer. Existen muchas personas que han pasado por lo mismo, y ahora luchan porque eso no se repita.
Invita a la persona a compartir su historia en un grupo de apoyo. Si no puede acudir personalmente, puede unirse a grupos de apoyo en línea. , por ejemplo la fundación Ana Bella.
Dale tiempo para sanar sus heridas, con cariño y comprensión. Cada víctima tiene un proceso personal distinto, y debemos respetarlo.
¡Comparte con tus amigas para visibilizar este problema!