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Estas patatas gratinadas rellenas de carne son la cena perfecta

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Rebañando

¡Cuando las pruebes no querrás comer otra cosa!

©Thinkstock

Introducción

Pocos ingredientes son tan versátiles como la patata. Este tubérculo proveniente de América Latina revolucionó la cocina en todo el mundo, ya que por primera vez muchos países pudieron cultivar un alimento nutritivo y muy duradero. De esta valiosa herencia tenemos cientos de platillos, desde potajes y sopas, ensaladas y todo tipo de guarniciones. 

Por sus propiedades nutricionales se recomienda comerlas con cáscara, asadas o hervidas para aprovechar sus vitaminas y minerales. Por supuesto, esto no quiere decir que le quitemos todo el sabor y la variedad, y para muestra esta receta. Las patatas rellenas son una excelente opción para servir en la cena o como guarnición. 

En esta ocasión vamos a prepararlas con un guiso de carne molida, pero siempre puedes jugar con la receta y rellenarlas con queso, verduras, atún, pollo...¡hay muchísimas posibilidades!


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Técnicas de cocina

Bombas de papa rellenas de jamón y queso, ¡un bocado explosivo!

 

Buenísimas, muy rápidas y sobre todo, muy sabrosas.

 

INGREDIENTES: 

  • 200 gr de patatas.
  • 3 cucharadas de parmesano rallado.
  • 100 gr de harina.
  • Queso en lonchas o en trozos pequeños.
  • Jamón.
  • Aceite.
  • Sal.

 

PREPARACIÓN:

1. Comenzaremos por pelar las patatas y echarlas a hervir, durante 15 minutos aproximadamente (pínchalas con un tenedor para comprobar que están bien hechas).

2. Machácalas hasta hacerlas un puré, que pondremos en un bol grande. Agrega una pizca de sal y el queso rallado. Por último, los 100 gramos de harina. Mezcla todo bien hasta que quede una masa homogénea.

3. Enharina un poco la superficie de trabajo y la masa misma y extiéndela con un rodillo. Sírvete de un corta galletas para hacer círculos en la masa.

4. Sobre la mitad de ellos, coloca una loncha o un trozo del queso que más te guste. Sobre el queso, una lonchita de jamón. Cierra los círculos con las mitades sobrantes (aprieta un poco con los dedos alrededor del borde).

5. En una sartén lo suficientemente grande, pon el aceite a calentar y échalas a freír. Dales la vuelta cuando ya estén doraditas por una cara y sácalas cuando lo estén por las dos.

 

La tentación es grande, ¡pero ten cuidado de no quemarte!

 

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