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El puré de patatas es simple pero requiere una técnica adecuada. En primer lugar, asegúrate de usar patatas Yukon o Russet para obtener mejores resultados y un puré más esponjoso. A continuación, no olvides ponerle sal al agua de cocción. Este paso es importante para darle sabor y debes comenzar con agua fría para asegurarte de que las papas se cocinen de manera uniforme. Otro error común es agregar nata y mantequilla directamente del refrigerador. Su temperatura fría se transferirá a las patatas cuando las incorpores, y tendrás que trabajar más duro para que se derritan y se mezclen. Eso podría resultar en un puré de patatas pegajoso con exceso de trabajo. Deja que la mantequilla y la nata alcancen la temperatura ambiente mientras cocinas las patatas y agrégalas justo antes de servir.