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¿Pinchos o tapas?
Para nosotros puede parecer una destinción evidente, pero es algo que muchos turistas no saben distinguir. Y no hay por qué culparlos, muchos restaurantes y bares utilizan estas palabras de manera casi indiscriminada, buscando llamar la atención de los vacacionistas. Por esto, nunca está de más hacer un pequeño recordatorio. Los pinchos o "pintxos" se originaron en Donostia durante la década de 1930. Estos bocados con una base de pan e ingredientes variados como jamón, queso, gulas, ensaladilla, etc. se colocaban en los mostradores de los bares para llamar la atención de sus clientes y así aumentar las ventas. Hasta el día de hoy, en ciudades como San Sebastián podrás encontrar bares tradicionales con una abundante selección de pinchos para elegir y disfrutar de inmediato. Por su parte, las tapas pudieron haberse originado en la época de Alfonso X "El sabio". Se cuenta que, por motivos de higiene en las tabernas, se pedía que los vasos se cubrieran con un trozo de jamón o queso, que también servía para la consumición. Las tapas suelen ser porciones más pequeñas de distintos alimentos, y que acompañan cada ronda de bebidas. Mientras que las tapas suelen ser gratuitas, los pinchos se cobran aparte. Por último, la manera más sencilla de reconocer un pincho es por tener siempre una base de pan y un palillo pinchando los ingredientes.