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¡NO. No son saludables!

Eso sí, ¡vamos por partes! A lo que nos referimos -teniendo en cuenta los diferentes estudios que se han hecho sobre este tema- es que alimentarse únicamente de conservas no es lo más sano del mundo a pesar de la variedad de productos que se venden enlatados o en botes de cristal. 

Los entendidos aseguran que los alimentos que se venden en este formato pierden nutrientes durante el proceso de conservación aunque nos permitan tener una dieta sana y equilibrada porque se enlatan todo tipo de ingredientes. 

Este invento creado en el siglo XVIII ha cambiado nuestra manera de alimentarnos porque son más baratos que los alimentos frescos, más higiénicos (en determinados casos) y no se estropean, es decir, tienen que pasar años hasta que se pudran.