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Ostras
Al comprar ostras frescas, hay que cerciorarse de que estén cerradas. Si alguna esta ligeramente abierta, haz la prueba golpeando un poco; si no se cierra, quiere decir que está muerta. Si la ostra está pesada, es buena señal: quiere decir que aún conserva su agua de mar. Antes de abrirlas se recomienda enjuagarlas con agua limpia para quitar cualquier residuo. Después, se abren y se sirven de inmediato. Como siempre, el sabor es un excelente indicador. Añadir un poco de limón puede ayudar a prevenir una intoxicación. Si las ostras están cerradas, pueden permanecer en refrigeración hasta cuatro días. Si llevan más de cinco horas abiertas y a temperatura ambiente, hay que desecharlas por seguridad.