2. Las texturas
Igual que los sabores son importantes a la hora de emplatar, también lo serán las texturas de los alimentos.
Por ejemplo, a la hora de hacer un puré de zanahoria, tenemos que intentar que no nos quede demasiado líquido, le podemos poner un crujiente de parmesano, que además de estar delicioso hará un contraste maravilloso.
Otro ejemplo será hacer una tosta con aguacate, huevo y tomate, porque el pan tostado crujiente va a contrastar estupendamente con estos ingredientes tan jugosos.