Tortilla sin huevo ni patata y otras curiosidades que comían nuestros abuelos

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© Receitas sem Fronteiras / Silvia Santucci

Cremas y bechamel, para disimular

Uno de los trucos de cocina que salvavan cualquier platillo, era utilizar nata o bechamel casera para dar un aspecto de manjar a los alimentos que tenían a la mano. No es de sorprender entonces que alimentos como las croquetas lo llevaran, ya que se trata de un platillo de aprovechamiento. Lo mismo sucedía con estofados y verduras diversas. Por ejemplo, en Norteamérica se popularizaron unas tostadas con delgados trozos de carne seca y bañados en bechamel casera. Este curioso platillo se sirve aún en algunos restaurantes del país, más como un plato nostálgico que otra cosa.