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Si no las preparas así, entonces son todo menos croquetas

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Rebañando

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Hacer una bechamel con grumos

La salsa bechamel no es quizás la más sencilla de preparar, pero de su sabor y textura depende en gran medida el éxito de nuestras croquetas. Lo cierto es que es indispensable seguir correctamente el método de preparación para evitar errores. Para hacerla, vas a empezar por calentar la mantequilla y sofreír cualquier ingrediente pequeño que quieras añadir (por ejemplo, cebolla o ajo finamente picados). A continuación, se añade la harina tamizada poco a poco sin dejar de batir, para evitar que se formen grumos y obtener una masa lisa y de color amarillo. Luego viene la leche poco a poco, siempre batiendo, y por último los trocitos de pollo, pescado, jamón o el relleno que usemos y que estén al menos tibios (olvídate de echar productos congelados). Se mezcla una vez para que se integre y se retira del fuego de inmediato. De lo contrario la masa puede quedar demasiado cocida. Procura siempre obtener una propoción equilibrada entre la bechamel y el relleno, ya que no querrás unas bombas de bechamel con un trocito de jamón ni un pollo rebozado y frito. 


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