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Cortar las berenjenas en rodajas de medio centímetro de grosor, sazonarlas con sal y colocarlas sobre una rejilla o bandeja. Dejar macerar durante veinte minutos y, a continuación, dar unos golpecitos con papel absorbente.
Calentar el aceite en una sartén grande, rehogar el ajo, añadir la cebolla picada y el orégano y rehogar brevemente hasta que la cebolla esté transparente.
Añadir los tomates colados y cocer a fuego medio durante unos minutos. En un bol mediano, mezclar la ricotta, el queso, el huevo y los condimentos.
En un recipiente apto para el horno, preparar una capa de salsa de tomate y, encima, una rodaja de berenjenas y, por último, una mezcla de ricotta.
Repetir esta superposición hasta llenar el recipiente y terminar con una capa de ricotta. Introducir en el horno precalentado y hornear durante 35 minutos.
Si no quieres prescindir de las láminas de pasta, por supuesto puedes incluirlas como en una lasaña normal.