10 secretos del limón que no conoces
Lechugas crujientes e hidratadas
Es fácil. Añada medio litro de agua fría en un recipiente . Sumerja las hojas dañadas de la lechuga. Enseguida, agregue zumo de un limón entero en el agua. Deje reposar por una hora. Después retire las hojas para comerlas. Ahora están más crujientes e hidratadas.
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